
Campillo de Llerena. Frente Republicano. Puerto de Argallanes.
07 Julio 2012
07 Julio 2012
La historia, a menudo, duerme bajo nuestros pies, esperando una voz que la despierte. En ocasiones, esa voz no proviene de los archivos ni de los manuales académicos, sino de la memoria viva de un pueblo, compartida en la charla cotidiana de un bar. Gracias a sus indicaciones, hemos podido documentar una línea de trincheras y fortines que atestiguan la crudeza de los combates. Las fotografías que próximamente publicaremos en nuestra web revelarán las singulares características de estas defensas: zanjas cuyas paredes fueron meticulosamente excavadas dominando el entorno.
Este frente no fue un escenario secundario. Según la información recabada, nos encontramos ante uno de los puntos más activos de la provincia durante los primeros meses de 1937. Fue un teatro de ataques y contraataques feroces, un punto neurálgico donde ambos bandos se desangraron en un enorme coste de vidas y material militar. La causa de tal encarnizamiento fue la obsesión estratégica del general Queipo de Llano por eliminar un terco saliente republicano que se adentraba como una cuña en la zona sublevada.
Aquella porción de tierra se convirtió en la tumba de incontables extremeños. La tragedia de la guerra fratricida se manifestó aquí con especial virulencia, pues la composición de los ejércitos enfrentados era, en su mayoría, local. En el bando republicano combatían aquellos que, por sus ideas, se vieron forzados a huir de sus pueblos tras la ocupación franquista para salvar la vida. A ellos se unieron voluntarios de otras regiones como Valencia y Murcia, así como miembros de las Brigadas Internacionales.
En el bando sublevado, las filas del reconstruido Regimiento Castilla, de la Legión y de las banderas de Falange se nutrieron con la movilización de miles de mozos y paisanos de nuestra provincia, muchos de ellos reclutados a la fuerza.
La memoria de los caídos fue, como todo en la posguerra, selectiva. El bando vencedor honró a los suyos con lápidas en iglesias y ayuntamientos, placas que aún perviven en pueblos como Hornachos. La de los vencidos fue condenada al silencio y al olvido.
Detrás de la gran Historia, con mayúsculas, se esconden siempre los relatos personales, que son los que verdaderamente dan dimensión a la tragedia. En mi propia familia, dos hermanos de mi abuelo, dos tíos, abuelos, cayeron en estos mismos frentes de La Serena, enrolados en las banderas de Falange.
Uno de ellos, Juan Antonio Merchán, fue recuperado y enterrado en su pueblo como un héroe de la “Causa”. Sin embargo, la memoria familiar conserva un matiz que la historia oficial ignora: pese a militar en Falange desde su fundación, era un hombre de espíritu demócrata, que compartía tertulias y amistad con personas de ideología de izquierdas. El otro, Modesto Merchán, desapareció en combate. Su cuerpo nunca fue encontrado. Durante días, mi abuelo Antonio recorrió personalmente el frente, buscando desesperadamente a su hermano entre el barro y la muerte para darle sepultura en Fuente del Maestre. No tuvo éxito.
Este trabajo de documentación, por tanto, trasciende lo puramente histórico o arqueológico. Es un acto de memoria. Un grato recordatorio para Juan Antonio y Modesto. Y, por extensión, un homenaje a todos aquellos extremeños, de uno y otro bando, cuyas vidas quedaron rotas en estos mismos campos. Que el redescubrimiento de estas piedras sirva para recordar su sacrificio y para comprender la profunda y dolorosa herida que la guerra infligió en nuestra tierra.
Trinchera situada en el Puerto de Argallén, de donde proceden todas las fotografías que expongo en este pequeño artículo. Las sierras que aparecen al fondo de la foto son las que están cerca de Retamal de la Serena, ya en zona Franquista.
El único fortín que encontramos, está destruido, pero se mantiene la base y las entradas al mismo desde las trincheras.
Detalle de la entrada desde la trinchera.
Ceder la serena expone en lo publicado en la web, http://www.1936laserenalosmonegros.es/ sobre estas posiciones documentadas por ellos.
Las fotografías reflejan parte de los restos de las trincheras y posiciones que controlaba el Ejército de la República en los altos de Puerto Argallén. Se dominaba el paso de la carretera de Campillo de Llerena a Higuera de la Serena. Fue una zona de importantes enfrentamientos con retrocesos y avances por ambos bandos. Así, durante la contraofensiva iniciada por la República a mediados de febrero, se desplazaron al Frente unos 8.000 hombres de la 45.ª División Internacional (Brigadas 12, 13 y 14). Finalmente, la zona fue ocupada por los franquistas a finales de febrero de 1938, ubicándose la línea de frente, por esta zona del sur, en territorio de la comarca histórica de La Serena.
José Pecero Merchán.
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